Nacido en una familia burguesa del Ampurdán, su
padre, Salvador Dalí Cusí, era notario de profesión pero siempre manifestó
enorme interés por el cultivo de las artes, lo que acabaría beneficiando a
Salvador Dalí. En principio acude a la Escuela Municipal de Figueres y cursa
estudios secundarios en el Colegio La Salle de la misma localidad. A los
diez años ya dibuja y pinta con mucha regularidad, sobre todo retratos de
miembros de su familia y paisajes. Parece que ya en 1916 había conocido el
Impresionismo y el Divisionismo a través de la colección que poesía el
pintor Ramón Pichot (ambas familias, los Dalí y los Pichot, mantenían
fuertes lazos de amistad). Con 12 años ingresa en tres centros de
enseñanzas, el colegio de los Hermanos Maristas, el Instituto de Figueres y
la Escuela Municipal de Dibujo, cuyo director era Juan Núñez Fernández, que
descubriría su potencial. Creador muy precoz, ya en 1919-1920 trabajaba en
clave impresionista (Autorretrato, Chicas haciendo encaje) Del mismo modo
que en su pintura, también sería un prolífico escritor buscando explicar en
primera persona los fundamentos de su vida y de su obra. Sus primeros
artículos aparecen en 1919 en la revista local "Studium"; redactaba la
sección "Los grandes maestros de la pintura" y allí reflejó cuáles eran sus
modelos de referencia: Velázquez, Goya, El Greco, Durero, Leonardo da Vinci
y Miguel Ángel
En 1919 expone en una colectiva de jóvenes
artistas locales (Josep Bonaterra y Josep Montoriol) en la Sociedad de
Conciertos de Figueres y, poco después, se le encarga el cartel anunciador
de las fiestas de la Santa Creu en Figueres. En 1922 ingresa en la Escuela
de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, donde estudiaría hasta 1926,
cuando es expulsado de forma definitiva. También se instala en esos años en
la Residencia de Estudiantes, donde hace amistad con futuras personalidades
como Luis Buñuel, Federico García Lorca, José Bello, José Moreno Villa, etc.
Ese grupo era, en palabras de Dalí, "estridente y revolucionario", y había
asumido algunas actitudes provocativas del recién concluido Ultraísmo, el
primer ismo literario y artístico español. De forma paralela, asiste a las
clases de pintura que ofrecía Julio Moisés en su llamada Academia Libre;
allí conocería a Benjamín Palencia, Francisco Bores o Maruja Mallo, nombres
punteros del arte español de vanguardia en el primer tercio del s. XX. En
1925 participa en la primera Exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos,
celebrada en Madrid. Allí demostró que era el joven artista que mejor
entendía las diversas corrientes que dominaban el arte europeo: el
post-cubismo, el purismo y las nuevas figuraciones. Esa maestría se debía
tanto a su capacidad de asimilación como al acceso que tenía a las
principales revistas culturales del momento, como "L'Esprit Nouveau"
(1920-1925) o Valori Plastici (1918-1921).